Una nueva amenaza llega al Universo Cinematográfico de Marvel, y con ella un grupo bastante inusual de personajes se une en Thunderbolts, película que se preestrena en cines este 30 de abril. Esta vez, el foco no está en los clásicos héroes, sino en figuras con pasados turbios y personalidades complejas, que intentan encontrar redención —o al menos su lugar— en un mundo en crisis.
El equipo está conformado por Yelena Belova, Bucky Barnes, Guardián Rojo, Fantasma, Taskmaster y John Walker, personajes ya conocidos en el MCU, pero ahora reunidos por una causa común. Lejos de ser el típico grupo de superhéroes, cada uno llega con sus propios conflictos, contradicciones y secretos que los obligarán a confrontar su pasado mientras enfrentan una peligrosa misión.
Uno de los atractivos del film es ver cómo estos personajes evolucionan. Yelena lidia con traumas no resueltos, Bucky enfrenta su nuevo rol como senador, y Alexei, el Guardián Rojo, deja ver un lado más humano. A ellos se suman figuras como Valentina Allegra de Fontaine, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, y el debut de nuevos rostros como Sentry y Mel, aportando misterio y frescura a la trama.
Con un enfoque más oscuro e introspectivo, Thunderbolts se distancia del tono épico habitual y explora la ambigüedad moral de sus protagonistas. Marvel propone así una nueva dinámica: la de personajes rotos que, sin quererlo del todo, terminan convertidos en una especie de familia disfuncional lista para salvar el mundo.