Comer entre comidas ya no es solo cuestión de antojos: según el informe State of Snacking 2024, presentado por Mondelēz International, el snacking se ha transformado en una herramienta cotidiana de autocuidado emocional. El estudio, que abarcó a consumidores de 12 países, revela que el 94% de las personas ve en los snacks una forma de premiarse, y el 76% los usa para mejorar su estado de ánimo durante el día.
Más allá de la necesidad física, los datos sugieren que snackear es hoy una especie de pausa consciente en medio de la rutina. Ocho de cada diez encuestados recurren a un snack para reconectar consigo mismos, lo que representa un aumento significativo frente al año anterior. El informe destaca cómo este hábito se ha integrado en la vida diaria como una vía para encontrar pequeños momentos de calma y satisfacción.
Aunque el bienestar es una prioridad, la indulgencia también tiene un lugar importante. Siete de cada diez personas aseguran preferir una pequeña porción de algo delicioso antes que una alternativa más grande pero baja en grasa o azúcar. Además, el 83% afirma no querer sacrificar el sabor al momento de elegir sus snacks, demostrando que el equilibrio entre salud y placer es clave.
El estudio concluye que para muchos consumidores, comer de forma saludable ya no implica renunciar, sino combinar decisiones nutritivas con momentos de disfrute. En este nuevo panorama, los snacks no solo alimentan, también reconfortan.