La industria del gaming, conocida por su impresionante ritmo de crecimiento, está atravesando un momento decisivo. Factores como el aumento de las tasas de interés, la vuelta de los jugadores a sus rutinas post-pandemia y el rendimiento por debajo de las expectativas de grandes títulos, están ralentizando el sector. Aunque los ingresos de la industria aumentaron significativamente entre 2017 y 2021, la tasa de crecimiento ha disminuido drásticamente en los últimos años, pasando de un 13% anual a solo un 1%.
Se espera que el crecimiento continúe moderado en los próximos años, con estimaciones de ingresos que llegarán a los 221 mil millones de dólares en 2024 y 266 mil millones para 2028. Dentro de este panorama, los ingresos por publicidad y dispositivos móviles se destacan como los segmentos con mayor proyección, mientras que los de PC y consolas siguen a un ritmo más lento. Sin embargo, la preocupación principal para los desarrolladores es el incremento de los presupuestos para juegos AAA, que ahora superan los ingresos generados.
A pesar de estos desafíos, los expertos creen que el camino hacia el crecimiento a corto plazo pasa por la innovación en modelos de negocio. Estrategias como la adopción de inteligencia artificial para mejorar la creación de juegos, la implementación de suscripciones para asegurar ingresos recurrentes y la expansión de mercados emergentes, son vistas como claves para reactivar la industria.
Los desarrolladores deberán también ajustar sus estrategias de precios para adaptarse a un mercado más competitivo, con enfoques más transparentes y graduales en microtransacciones. Con estos cambios, la industria podría encontrar nuevas formas de impulsar su crecimiento en un entorno que ya no garantiza el éxito automático.
