Este 5 de mayo de 2025 se confirmó lo que muchos ya intuían: Skype dejará de funcionar, marcando el fin de una plataforma que cambió la manera de comunicarnos en la era digital. Aunque fue pionera en las videollamadas y gozó de una enorme popularidad, su caída fue lenta pero constante, arrastrada por la competencia y una falta de adaptación a los nuevos tiempos.
Mientras plataformas como Zoom, Google Meet y Microsoft Teams evolucionaban con herramientas modernas y experiencias más ágiles, Skype se quedó rezagado. Su interfaz anticuada y la ausencia de innovaciones como salas de espera o fondos virtuales le restaron atractivo en un mercado cada vez más exigente.
Desde que fue adquirida por Microsoft en 2011, Skype pasó a formar parte del ecosistema empresarial de la compañía. Sin embargo, con el auge de Teams —que ofrece mensajería, videollamadas y colaboración integrada— Skype fue perdiendo su lugar incluso dentro del entorno corporativo.
Su arquitectura técnica también jugó en su contra. El modelo peer-to-peer, innovador en su momento, no fue capaz de sostener el rendimiento que hoy se espera en dispositivos móviles. La falta de actualizaciones significativas terminó por sellar su destino.
Ahora, Microsoft centra su atención en Teams, que asumirá el relevo. Quienes aún usaban Skype podrán migrar sus datos fácilmente. Así se cierra un capítulo importante en la historia de internet, con un adiós agridulce para una plataforma que supo ser sinónimo de videollamada.
