Una correcta manipulación y almacenamiento de la carne en casa no solo ayuda a preservar su sabor y textura, sino que también es fundamental para evitar enfermedades y reducir el desperdicio de alimentos. Así lo señala Manrique Ortiz, gerente de calidad de CoopeMontecillos, quien advierte sobre errores comunes que comprometen la seguridad alimentaria en los hogares.
Según Ortiz, el refrigerador es el principal aliado para conservar las carnes de res y cerdo, siempre que se mantenga entre 0ºC y 5ºC. En caso de congelarlas, la temperatura debe ser constante a -18ºC, lo que puede extender su vida útil hasta por 12 meses. Sin embargo, prácticas como dejar que la carne descongelada supere los 5ºC o congelar y descongelar repetidamente afectan su calidad y aumentan el riesgo sanitario.
El experto también señala que descongelar carne de forma agresiva, fuera del refrigerador o sin protección, puede alterar su jugosidad y hacerla perder líquidos esenciales. Por eso, se recomienda descongelar siempre en ambientes controlados y usar empaques adecuados, como bolsas plásticas selladas o recipientes herméticos, para evitar contaminación cruzada y derrames.
Una señal clara de que la carne ya no es apta para consumo es el cambio en su aroma. Aunque variaciones en el color no siempre implican deterioro —pues la oxidación es natural—, si aparecen olores rancios o sabores extraños, lo más seguro es descartarla.
CoopeMontecillos, principal productora de carne en el país, enfatiza la importancia de seguir buenas prácticas en casa para complementar sus esfuerzos de inocuidad desde el origen hasta el consumidor final.