Ritmo de vida

El Cascanueces y las villas: íconos que dan vida a la magia navideña

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Hay símbolos y figuras que, año tras año, recuerdan que la Navidad es mucho más que luces y regalos. Este diciembre, el Cascanueces vuelve a tomar protagonismo como un clásico de la decoración y como guardián de los rituales y memorias familiares que dan sentido a la temporada.

De pie, firme, solemne y colorido, representa algo más profundo: la protección del hogar, la magia de lo cotidiano y la capacidad de volver a ver el mundo con ojos de niño. Su presencia marca el inicio de una época donde los detalles importan, las tradiciones se rescatan y lo simbólico adquiere un nuevo valor.

Junto a él, las villas navideñas invitan a detener el tiempo. Son pequeños escenarios llenos de luz, nieve y movimiento que evocan escenas íntimas de una Navidad soñada. Cada casita, cada farol encendido, es una ventana hacia la imaginación: un pueblo en miniatura donde conviven la nostalgia y la fantasía.

“Queremos que esta Navidad sea una oportunidad para que las familias se conecten con las emociones que la hacen especial. Los cascanueces y las villas se han convertido en favoritas porque son una manera de contar historias, traer recuerdos y crear nuevas memorias”, explicó Angélica Zamora, Asesora del Hogar de Ferretería EPA.

La propuesta navideña de este año busca ir más allá de decorar: se trata de darle alma a los espacios. A través de estos elementos cargados de simbolismo, se celebra la belleza de lo sencillo, lo tradicional y lo que perdura.

Escrito por
Gabbo Martínez

Bachillerato en periodismo, Licenciado en producción audiovisual y Master en Dirección y producción de cine.