La temporada navideña, con su inherente magia y nostalgia, siempre ha sido una fuente inagotable para la creación de historias cinematográficas que apelan a los sentimientos de unión familiar y esperanza. Sin embargo, las recientes tendencias en el cine de Navidad se han desviado cada vez más de los moldes tradicionales, explorando nuevas fórmulas que incorporan acción, comedia irreverente y, a veces, incluso elementos de thriller. Código Traje Rojo, dirigida por Rawson Marshall Thurber y protagonizada por Dwayne Johnson y Chris Evans, es un claro ejemplo de esta evolución del género.
Desde el primer vistazo, la película promete una mezcla inusual pero intrigante: dos figuras icónicas del cine de acción se unen para protagonizar una historia navideña con tintes de comedia y secuencias de acción trepidante. En el papel de un agente secreto y un criminal astuto, Johnson y Evans se convierten en los pilares de una trama que, aunque predecible, se mantiene a flote gracias a la química que ambos actores logran establecer, una mezcla de encanto y humor que, en su mayoría, funciona.
Un reparto inesperado, pero eficaz
Dwayne Johnson y Chris Evans no son actores que se asocien comúnmente con el cine navideño. Johnson, conocido por sus papeles en películas de acción de alto presupuesto como Jumanji y Fast & Furious, y Evans, que se convirtió en un ícono de Marvel gracias a su papel como Capitán América, presentan una dinámica de personajes que juega con el contraste: Johnson, siempre el carismático y algo torpe héroe de acción, y Evans, con su típica arrogancia y picardía. Esta dualidad aporta frescura a una película cuyo guion, a pesar de sus giros y momentos cómicos, no se arriesga demasiado.
El verdadero atractivo de Código Traje Rojo radica en ver a dos grandes estrellas de la acción enfrentándose en un escenario tan festivo como absurdo. El guion aprovecha sus personalidades, pero también podría haber explorado más a fondo las interacciones y la complejidad de los personajes. A pesar de ello, la película sigue siendo divertida, en gran parte debido al carisma de ambos actores, quienes logran ofrecer momentos memorables con apenas un par de líneas.
Acción y comedia: un balance delicado
La película se promociona como una combinación de acción, comedia y elementos festivos, pero la mezcla no siempre es equilibrada. Si bien los momentos de acción están bien coreografiados y mantienen el ritmo de la película, hay ocasiones en que las escenas de comedia parecen forzadas, como si estuvieran tratando de «encajar» en un molde establecido para este tipo de historias. En cuanto al tono navideño, la atmósfera festiva está presente, pero nunca se siente completamente integrada con la trama central. El decorado y la música ayudan a crear un ambiente navideño superficial, pero la historia no logra transmitir esa sensación de calidez y reflexión que caracteriza a los clásicos del género.
No obstante, la película se siente como un vehículo de entretenimiento desenfadado, ideal para aquellos que buscan una película ligera para ver en la víspera de Navidad, sin la pretensión de profundizar demasiado en temas más serios. En este sentido, cumple con su objetivo de ofrecer entretenimiento escapista, pero no logra subirse al tren de las grandes comedias navideñas que perduran a lo largo de los años.
Código Traje Rojo es una película que podría definirse como un «blockbuster navideño»: ligera, entretenida y con momentos de acción y comedia. Johnson y Evans hacen lo que mejor saben hacer, y su química como pareja antagónica funciona bien en su formato ligero, pero la película no se arriesga demasiado.
Aunque no logrará convertirse en un clásico de las fiestas, es el tipo de película que puede convertirse en un «pasatiempo navideño» para ver sin muchas expectativas y disfrutar sin complicaciones. Al final, el filme parece estar diseñado para satisfacer una demanda de contenido rápido y de calidad decente para los suscriptores de plataformas de streaming durante la temporada festiva, y en ese sentido, cumple con su propósito.