El cáncer, la segunda causa de muerte a nivel mundial, representa un desafío creciente para los sistemas de salud. Cada año, más de 35 millones de personas podrían ser diagnosticadas con esta enfermedad en los próximos 25 años. En este contexto, la investigación ha avanzado significativamente, mejorando tanto el conocimiento sobre la enfermedad como los tratamientos disponibles, lo que permite ofrecer a los pacientes más tiempo y una mejor calidad de vida.
El 4 de febrero, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre estos avances, pero también sobre la importancia de reconocer las historias humanas detrás de cada diagnóstico. La doctora Melissa Barbieri, experta en Oncología, resalta que es fundamental poner a las personas en el centro de la atención médica, considerando sus necesidades y perspectivas únicas durante todo el proceso de tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud y la Unión Internacional para el Control del Cáncer coinciden en que un sistema de atención centrado en las personas mejora los resultados del tratamiento, proporcionando un acceso más adecuado a la atención y fortaleciendo el bienestar emocional y físico de los pacientes. Además, la educación continua para los médicos y la población es clave para tomar decisiones informadas y prevenir la enfermedad de manera efectiva.
En regiones como Centroamérica, el cáncer gástrico destaca por su alta prevalencia y la falta de conciencia y prevención, lo que genera altas tasas de mortalidad. La doctora Barbieri destaca la importancia de formar a la comunidad médica y educar a la población para lograr una detección temprana y mejorar las condiciones de salud en la región, reduciendo así la carga del cáncer.