En la última década, Latinoamérica ha experimentado un crecimiento anual del 25% en los ciberincidentes divulgados, según un informe del Banco Mundial. Este aumento supera el 21% registrado a nivel mundial entre 2014 y 2023, destacando una aceleración en la región debido a factores como la baja inversión en ciberseguridad, la falta de regulaciones y el aumento del uso de tecnologías sin suficientes medidas de protección.
El informe subraya que sectores como el gubernamental han sido los más atacados en Latinoamérica, en contraste con países de mayores ingresos, donde la salud es el objetivo principal. Además, los incidentes cibernéticos no solo afectan la seguridad, sino que también tienen un impacto económico significativo, como se evidenció en el ataque de ransomware de 2022 en Costa Rica, que costó al país aproximadamente el 2,4% de su Producto Bruto Interno (PBI).
Con un aumento del uso de dispositivos IoT y el comercio electrónico en la región, la falta de estrategias robustas de ciberseguridad pone a los países latinoamericanos en una situación vulnerable. Según el informe, reducir la cantidad de incidentes podría tener un impacto positivo en el crecimiento económico, estimando que países con menos ciberataques podrían experimentar un aumento en su PBI de hasta 1.5 puntos.
Expertos como Camilo Gutiérrez Amaya, de ESET Latinoamérica, insisten en la necesidad urgente de fortalecer las defensas cibernéticas, aprender de los modelos de países avanzados y promover la colaboración internacional para mitigar los efectos de estos ciberincidentes, cuyo costo no solo es tecnológico, sino también económico.